Esteban Cuesta declara de nuevo por el saqueo de la empresa pública. El juez indaga en la conexión de la entidad con Bucarest.
Emarsa, la sociedad pública de depuración del agua de Valencia, fue liquidada el año pasado por el PP, partido que la controlaba desde los noventa, por su insostenible situación patrimonial. Su disolución dejó un agujero de 17 millones de euros. La investigación judicial en marcha, donde ya hay 16 imputados, ha destapado que la empresa pública fue saqueada por el viejo método de hacerle pagar por servicios y suministros falsos. Algunos resultan inverosímiles, como el pago por reparaciones en maquinaria y edificios que nunca han existido; o por el tratamiento de más toneladas de lodo de las que era capaz de generar la planta. Al mismo tiempo, Emarsa costeó a sus directivos la compra de joyas, bolsos de Loewe, prendas de vestir, accesorios de automóvil y otros muchos productos impropios de una empresa de depuración de aguas residuales.