Miguel Ríos una vez abandonado su “Mike”, grabó el que sería el mayor éxito de toda su carrera, el “Himno de la alegría”, una adaptación del último movimiento de la novena sinfonía de Beethoven, arreglada y dirigida por el argentino Waldo de los Ríos.
Su confianza en la canción no debía ser mucha pués la escondió en la cara B de su disco.
Grabado por Miguel en inglés con el título "A Song of Joy", alcanzó fama mundial en 1970, vendiendo siete millones de copias en todo el mundo y llegando a n.º 1 en Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, además de tener gran éxito en otros países como Japón, Suecia, Austria, Holanda, Canadá.