Los directivos del museo palidecieron al comprobar, la mañana siguiente, que parte de la obra de arte, que data de 1987 y que valoran en 800.000 euros había sido borrada. La cara del portavoz del museo, Dagmar Papajewski, era un verdadero poema mientras reconocía en una rueda de prensa local que "es cierto, ha pasado". La empresa subcontratada para encargarse de la limpieza del museo localizó inmediatamente a la infractora, que declaró que se había limitado a cumplir con su responsabilidad de limpiar las habitaciones. Ha declarado que no podía saber que la estructura de tablones de madera a medio pintar era una obra propiedad del museo. "Pensé que estaban pintando o arreglando una gotera", ha dicho.
La obra consiste en una estructura de torre a base de tablas de madera clavadas unas en otras, a modo de andamios o escaleras, en la que aparecen colgados varios letreros con las inscripciones "abstrusa", "reparaciones" y "satisfacción". En su parte inferior y directamente situada sobre el suelo del museo, aparecía un baño de albañil de caucho antes con estudiados restos de yeso, diseminados también a su alrededor, y ahora impoluto.